Saber cómo proceder ante los “Aprietes” telefónicos de cobradores desconocidos que presionan para que se les pague a la distancia, es fundamental para evitar realizar pagos erróneos que de ninguna manera te posibilitarán salir del veraz en forma inmediata.
José Alberto B. (hemos cambiado el nombre por razones de reserva) es un padre de familia que tenía una deuda de varios años y que no había podido continuar pagando al quedar sin trabajo. Un día recibió un llamado telefónico de una persona que se identificó como “Alicia”.
Esta mujer, por vía telefónica, exigía el pago de esa deuda de varios años atrás, pero con un monto muy superior al que se debía incluyendo posibles intereses, y amenazando con embargo inminente sobre su sueldo y bienes de su hogar.
Por ello, y como vemos reiteradas veces esta situación que se presenta a diario con las personas afectadas en su firma y que quieren salir del veraz, creímos conveniente publicar el correo que le enviamos y a partir del cual solucionamos su situación. Dice así:
Hola JOSE ALBERTO:
En primer lugar no realices ningún plan de pago de deudas a la distancia. Y menos con personas desconocidas ni en forma telefónica. Llámese “Alicia” o como se llame.
Ello evitará que pagues indebidamente a desconocidos que dicen tener la autorización para cobrar una deuda de la que no te pueden exhibir ningún poder que acredite que estén autorizados para cobrar lo que pretenden cobrar. Es decir esa deuda.
Por otra parte sería conveniente saber si tu deuda no se encuentra ya prescripta, que es lo más probable, por eso te “apretan” telefónicamente porque muy posiblemente ya no te pueden cobrar por la vía judicial. Ello es así cuando la deuda ya está prescripta y es posible salir del veraz.
Cuando te vuelvan a llamar debes tomarle el nombre completo, la dirección, a que firma representa, un número de teléfono o celular y un correo electrónico para contestarles que esa deuda muy posiblemente ya está prescripta y es incobrable. Y más aún por los montos exorbitantes que pretenden que les pagues.
Luego te contactas con nosotros, para realizar el trámite de desafectación de firma, para poder recuperar tu crédito, por un lado; y por otro, para contestarles a esos supuestos “acreedores” telefónicos que presionan desde el anonimato y especulando con el temor de la gente a ser embargados en sus sueldo o sus bienes.